¿Quién dijo que los comienzos fueran fáciles?

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Para Aurora no lo son. Desde que su padre falleció en un accidente de coche, ya nada es igual en su vida: ahora tiene que empezar de cero en un nuevo país e instituto, con una guitarra rota como única compañía.

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La relación con su madre se enfría cada día un poco más y, sin haber superado la reciente pérdida, se ve inmersa en un mar de rostros desconocidos y en una casa llena de cervezas, cigarrillos y frialdad.

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Pero Eddie, el chico de la casa de enfrente, logrará que se una a L' Unité, un grupo a capela en el que conocerá a las personas que, poco a poco, harán que se sienta más segura de sí misma y de pasar página.